Mi interés por la Gobernanza de IA comenzó en la Segunda Cumbre Mundial de Comisiones de Futuro 2023, celebrada en Montevideo, Uruguay. Este evento, organizado por el Parlamento de Uruguay y la Unión Interparlamentaria, marcó un punto de partida clave. Abordamos la necesidad de una gobernanza anticipatoria en la IA, centrándonos en cómo esta tecnología impacta la democracia, los derechos humanos y las estructuras sociales. Estas conversaciones abrieron la puerta a una exploración más profunda del potencial transformador de la IA.
En el mundo de los datos aplicados a los servicios públicos, dar con el punto justo entre una estrategia de Business Intelligence (BI) centralizada y otra de self-service es clave para mantener el equilibrio entre agilidad y control.
Mi interés por la Gobernanza de IA comenzó en la Segunda Cumbre Mundial de Comisiones de Futuro 2023, celebrada en Montevideo, Uruguay. Este evento, organizado por el Parlamento de Uruguay y la Unión Interparlamentaria, marcó un punto de partida clave. Abordamos la necesidad de una gobernanza anticipatoria en la IA, centrándonos en cómo esta tecnología impacta la democracia, los derechos humanos y las estructuras sociales. Estas conversaciones abrieron la puerta a una exploración más profunda del potencial transformador de la IA.
En el mundo de los datos aplicados a los servicios públicos, dar con el punto justo entre una estrategia de Business Intelligence (BI) centralizada y otra de self-service es clave para mantener el equilibrio entre agilidad y control.
En los últimos años, las empresas de servicios públicos (utilities) han apostado con fuerza a la analítica de datos como motor de eficiencia y toma de decisiones. Sin embargo, esta evolución no siempre estuvo respaldada por una estrategia unificada en torno a las plataformas de Business Intelligence (BI).
En el negocio de la energía, el factor tiempo es crucial. Las decisiones sobre qué plantas encender, cuándo hacerlo y con qué capacidad requieren planificación. No alcanza con reaccionar al consumo del momento: cada error impacta en la eficiencia y puede poner en riesgo la estabilidad del sistema.
El potencial de la inteligencia artificial en el sector energético y de servicios públicos es enorme. Va desde pronósticos más precisos y optimización de redes hasta mantenimiento proactivo y mejores experiencias para los clientes.